Si el cerco de mi brazo te señía
Si el cerco de mi brazo te señía,
era porque mi amor me lo mandaba.
Si de lejos y quieto te miraba,
era porque el amor me lo pedía.
Si con un claro beso te quería,
era porque el amor me lo ordenaba;
y si yendo a tu lado me apartaba,
era porque el amor me lo exigía.
Así, cuando te digo que te quiero,
igual cuando no te diga nada,
hago, mujer, lo que el amor ordena.
Y el día en que te digan que me muero,
lo mismo que mi vida enamorada,
será mi muerte enamorada pena.
--José María Souvirón