La
poesía
A Pablo, en el pecho
Este desasosiego, esta palabra que desde el corazón
me llega y se detiene en mis labios, que no es nuevo en mí,
sino que pertenece, vive desde cuando mis padres
en amorosa lucha concentraron la carne de la muerte
para darme al mundo; y me crece como un mar en el pecho.
Siempre cambiante, furioso sin consuelo.
Ha de llegar un día en que tanto afán madure
y se desangre, y esa ignorada palabra detenida
en mis labios, rompa el aire como un canto y
me haga feliz y duradero el nombre.
--Ernesto Mejía Sánches