Los Demonios y los Días

 

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¿Cuál es la mujer que recordamos

al mirar los pechos de la vecina

de camión; a quién espera el hueco

Lugar que está al lado nuestro, en el cine?

¿A quién pertence el oído

que oirá la palabra más escondida

que somos, de quién es la cabeza

que a nuestro costado nace entre sueños?

 

Hay veces que ya no puedo con tanta

tristeza, y entonces te recuerdo.

Pero no eres tú. Nacieron cansados

nuestro largo amor y nuestros breves

amores; los cuatro besos y las cuatro

citas que tuvimos. Estamos tristes.

Juntos inventamos un concierto

para desventura y orquesta, y fuimos

a escucharlo serios, solemnes,

y nada entendimos. Estamos solos.

 

Tú nunca sabrás, estoy cierto,

que escribí estos versos para ti sola;

pero en ti pensé al hacerlos. Son tuyos.

 

Ustedes perdonen. Por un momento

olvidé con quién estaba hablando.

Y no sentí el golpe de mi ventana

al cerrarse. Estaba en otra parte.

 

--Rubén Bonifaz Nuño

De otro modo lo mismo