Desnudos

 

Nacía gris la luna, y Beethoven lloraba,

bajo la mano blanca, en el piano de ella...

En la estancia sin luz, ella, mientras tocaba,

morena de la luna, era tres veces bella.

Teníamos los dos desangradas las flores

del corazón, y acaso llorábamos sin vernos.

Cada nota encendida una herida de amores...

-...El dulce piano intentaba comprendernos-.

Por el balcón abierto a brumas invisibles...

Ella me preguntaba de cosas ignoradas

y yo le respondía de cosas imposibles...

 

--Juan Ramón Jiménez